El cielo está llorando
porque hoy...
el niño de mi alma
a las nubes se marchó.
Poco antes de la media noche
ángeles celestiales
del cielo bajaron
y a mi niño entre sus
brazos tomaron.
A la noche mezquina
poco le importaron
mis lágrimas.
De nada sirvieron
mis súplicas,
simplemente no escuchó...
y a mi hijo se llevó.
Noche maldita,
noche infame,
arrancaste a mi hijo
de mis brazos...
Ya nada se puede hacer,
mi hijo más allá
del sol se fue.
Entre la soledad y la pena
no logro ver,
los primeros rayos de sol.
Otro día a comenzado
y mi hijo no ha despertado,
ya lejos de aquí a volado.