Miriam López Rodríguez

Tan lejos, tan cerca

Mi llanto brotó tan lejos de mí
estaba tan cerca... sombra de la luna
imaginé diez mil mundos rompiéndose en pedazos
y eran mis manos fuentes de agua viva
recordé otras noches sin bruma y sin llanto
brotó tan lejos de mí, estaba tan cerca.
 
Una mañana sonrisa, soles y más soles
como cuando el mundo era un lugar nuevo
cada día agité el pañuelo desde mi ventana
y ahondé en la ficción del cristal
toda yo espejo de sus calles
vuelta hacia afuera como una flor.
 
Hoy pongo a secar mis lágrimas
—pequeños peces de caminos transparentes—
que ruedan por las cornisas y caen al patio
explotando en haces de mil colores
el viento que se lleva todo lo antiguo
quiere viajarme el próximo otoño.




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