Entre papeles y albatros
voy viviendo al ritmo de mi sombra.
Me enloquece soñar porque soñando
soy el más grande de los soñadores.
Recuerdo haber soñado
poemas vidas
luciérnagas desesperadas
clavándose
levemente en mi pecho.
y la sangre era la belleza de su color
y crecían las plantas de la locura
y mi padre trastabillaba en la noche
como en el sueño le pasaba a la sangre.
Muerte.
Muerte.
Una especie de genio secreto.
Algo que ha nacido
inexplicablemente
debe permanecer oculto
creciendo entre las sombras.
Todo es persistente
fugaz
felino y presa
tragados por el viento.
La Poesía me sigue el rastro
hasta alcanzar mi vida
con su voz
para decirme dulcemente:
Yo soy la que te llevará más allá
de tu triste sonrisa sin dientes.
Pequeño humano
haré de ti una huella
una marca futura
un amor sin límites.
Lo confieso
frente a tanta solemnidad
me da vergüenza pedir
un poco de pan.