#EscritoresArgentinos
Huyo de mi propia luz porque mi propia luz no es la luz del hombre. Soy entre nosotros el que desata
Después de los cincuenta espero de… Y aunque la mano venga que nadie s… igual lo intentaré, pensando que v… y el poema deja el camino libre pa… Y cuando los grandes candidatos de…
Piel abrochada a mi garganta piel de pieles. el hombre que buscaba no existe ni siquiera en mí. Retrocedo todo
Sueño y el amo brutal de mi conciencia me condena a morir. Así de simple y vertiginoso es mi trabajo. Cuand…
Reina pequeña Buenos Aires. Hoy te sentaré a mi lado y haremos juntos el viaje de un poema.
En plena noche Ella sigue siendo mi luz y descansar me parece absurdo en su presencia. Ella produce luz cuando vibra su c…
Cuando era un niño amaba la noche. Era de noche cuando soñaba cabalga… en yeguas doradas espléndidas prad… Era de noche cuando mi padre y yo hablábamos del miedo y el respeto
Es de noche en la ciudad todos duermen menos el sonido palpitante del corazón del tiempo latiendo acompasadamente
Hubo días y noches que no encontraba consuelo y los versos se agolpaban como caballos furiosos en mis manos
Palabras tenues palabras olvidadas. Vuelvo otra vez más en brazos del delirio y de la fiebre.
Atado por mis vicios a sórdidas cadenas me oculto para no ser el vuelo de los pájaros. Del brazo de la muerte
alejo de mí mis propias esperanzas para alojarme de presente cuerpo en tu mirada.
Es un verso que de habérmelo propuesto lo hubiera escrito yo. Mi voz la palabra publicada tiene mi voz.
Partí de Buenos Aires a caballo de las palabras donde la poesía construyó su residencia. Mil días y mil noches
La Cultura debe ser destruida en su totalidad. Hundir entre sus carnes amadas