#EscritoresEspañoles #Generación27
En tu angosto silbido está tu quid… y, cohete, te elevas y te abates; de la arena, del sol con más quila… lógica consecuencia de la vid. Por mi dicha, a mi madre, con tu a…
La palmera levantina, la columna que camina. La palmera... la palmera... La palmera levantina, la que otea la marina,
Por desplumar arcángeles glaciales… la nevada lilial de esbeltos dient… es condenada al llanto de las fuen… y al desconsuelo de los manantiale… Por difundir su alma en los metale…
Carne de yugo, ha nacido más humillado que bello, con el cuello perseguido por el yugo para el cuello. Nace, como la herramienta,
Era un hoyo no muy hondo. Casi en la flor de la sombra. No hubiera cabido un hombre en su oscuridad angosta. Contigo todo fue anchura
Cogedme, cogedme. Dejadme, dejadme, fieras, hombres, sombras, soles, flores, mares. Cogedme.
Todas las madres del mundo, ocultan el vientre, tiemblan, y quisieran retirarse, a virginidades ciegas, el origen solitario
Por una senda van los hortelanos, que es la sagrada hora del regreso… con la sangre injuriada por el pes… de inviernos, primaveras y veranos… Vienen de los esfuerzos sobrehuman…
Hoy estoy sin saber yo no sé cómo, hoy estoy para penas solamente, hoy no tengo amistad, hoy sólo tengo ansias de arrancarme de cuajo el corazón
El lecho, aquella hierba de ayer y… este lienzo de ahora sobre madera… flota como la tierra, se sume en l… donde el deseo encuentra los ojos… Pasar por unos ojos como por un de…
Querer, querer, querer: ésa fue mi corona, ésa es.
No conoció el encuentro del hombre y la mujer. El amoroso vello no pudo florecer. Detuvo sus sentidos
Me llamo barro aunque Miguel me l… Barro es mi profesión y mi destino que mancha con su lengua cuanto la… Soy un triste instrumento del cami… Soy una lengua dulcemente infame
Por fin trajo el verde Mayo correhuelas y albahacas a la entrada de la aldea y al umbral de las ventanas. Al verlo venir se han puesto
Beso soy, sombra con sombra. Beso, dolor con dolor, por haberme enamorado, corazón sin corazón, de las cosas, del aliento