Con tus dedos ahuesados me persignaste en la frente para ahuyentarme cuidados que me nublaban la frente. Hoy cuando la frente inclino
Una noche lechosa de junio, plenilunio, nuestros ojos miraban a una a la luna con lánguido afán;
Me dice don Miguel, que rato es r… y se lo creo, ¿cómo no? ignorante como soy en Linguística y nada apt… para tal ciencia y me inclino dela… de los que saben más y siempre ace…
«Tú has llorado»—te dije; y respon… «Es que me acabo de lavar los ojos… «Sí, por haber llorado...» «¿Qué quieres, Rafael? Estaba tri… ¿Motivos? Qué sé yo... necios ant…
«Mira—me dijo, el dedo al encendid… poniente, todo hecho sangrientas f… esos son los volantes del vestido de Nuestra Señora de los Dolores.… «La de las siete espadas?» «Sí, l…
¡Oh en aquellos ratos cálidos, a punto de desmayar, casi cadáveres... pálidos... calina sobre la mar... los corazones inválidos!
Este buitre voraz de ceño torvo que me devora las entrañas fiero y es mi único constante compañero labra mis penas con su pico corvo. El día en que le toque el postrer…
Me muero de un mal cursi, Becquer… se me agota el pulmón, y me cuna la muerte tu ángel cursi con su acordeón. Aquel acordeón que a mi Teresa
Tú que callas, ¡oh Cristo!, para… oye de nuestros pechos los sollozo… acoge nuestras quejas, los gemidos de este valle de lágrimas. Clamamo… a Ti, Cristo Jesús, desde la sima
Pronto irás también tú, corazón mí… a la cama de tierra dél reposo que nunca acaba; nos lo dice el fr… que ya te cerca; pronto el triste… del mundo dejarás.
«Cuando tú seas mía...»—te dije, y llevándote al pecho las manos te sentaste... «¿Qué es eso, Tere… «¡No es nada... el desmayo!» «Cuando tú seas mío...»—añadiste,
«Déjame de pensar; el pensamiento es cosa de los hombres; las mujere… harto tenemos con cumplir deberes y nuestras pobres Quejes dar ai vi… Y deshacer los grandes disparates
En otro tiempo estuve no sé de quién enamorado, siendo muy niño. Aún i’a veo perdida en la nube de mis memorias pálidas y al 'ado
No me preguntes más, es mi secreto… secreto para mí terrible y santo; ante él me velo con un negro manto de luto de piedad; no rompo el set… que cierra su recinto, me someto
Es á la sombra del silencio santo bajo el silencio de la sombra augu… lánguidamente va volando el canto de una campana sobre la robusta rocosa serranía á la que el llanto