«Sí, sí sí, sí...» Era el susurro dulce
de agua que va a la mar,
el canto del arroyo al sol tendido,
letanía de amar...
«Sí, sí, sí sí...» Y de tris labios blancos
en penoso acezar,
se iba diciendo «sí» tu vida entera
y mi dicha a la par...
«Sí, sí, sí, sí...» Sobre la hierba verde
que me sirve de altar,
canta la lluvia en el otoño rojo
y tú la oyes cantar...