Ayer paso por mi casa
La muerte sola se invitó
Y abrió la puerta de mi cuarto
Ella muy fácil entró.
Paso rápidamente
Ni siquiera me miró,
Y con su túnica negra,
Algo de mi cuarto rompió.
Silenciosa y muda,
La muerte otra vez paso,
Le dije; ¿Qué has hecho?
Y ella no respondió.
Mi alma quedó tranquila,
Pero angustioso mi corazón,
¿A quién se habrá llevado?
Nadie me da razón.