Tengo el don, tengo el verso,
Tengo la resolución altiva,
Tengo el encanto del verbo
Tengo el valor de la vida.
Tengo esa dulzura del verbo,
Divino de la lengua viva,
Nadie lo iguala a mi verso
Ni en la tierra, o cielo arriba.
Pero tengo el amor tedioso,
De enseñar buenas rimas,
Y para muchos será odioso
Verme en lo alto de las liras.