Sus pupilas de vidrio respondieron mi saludo.
Con su mirada firme que no supo disimular,
Para un brillo en sus ojos tan menudo
Fijo en sus ojos que no la dejaba de mirar.
En silencio, tal vez, espera mi respuesta,
Quizás una sola palabra para empezar,
En su mirada tan dulce y dispuesta
Queriendo perderme para no regresar.
Ahora pienso mirar a través de sus ojos,
Sean de bronce, de piedra o cristal,
Quiero penetrar en sus mínimos antojos
Con gran amor y afecto con que suele mirar.