Quisiera creer mi Dios y en tu mirada;
Y quisiera tener de tu fe merecida,
De verme en el ayer que no fui Nada
Llegar hacer en mi mañana la Vida.
Quisiera creer mi señor en tu palabra;
Si hallare en ti, consuelo y alegría,
¿No me preguntó más?, tu lo sabes!
Si en verdad seré libre de la mentira.
Y de tanto odio que en mi sembraron;
Que me hicieron perder mi fe infinita,
Muero sangrando en mi lucha lenta
Señor aclamar a ti, mi sed de justicia.
¡Quiero que seas mis fuerzas del día;
Para amar mucho, y querer fuerte,
Y seas mi luz que alumbra mi noche
Y así, para no pensar en esa muerte.
Mi corazón que de su llama apagada;
Ansia de tu fuego puro encederse,
Para adorarte en mi hermosa jornada
Temblando de amor gloriosamente.