Haces mal en quererme despreciarme;
En mostrarte dura e irrespetuosa,
Y en ser conmigo, que eres la ofendida;
Cuando eres mujer fría y mentirosa.
Me obligas más, a yo querer odiarte,
Y te das la sentencia rigurosa,
Aunque yo no te pido que me ames
Deja de hacerte la víctima sin rosas.
Porque en medio de todos tus rigores;
Eres una presumida y cautelosa,
Enamoras a esos buenos corazones
Y después de usarlo lo tiras a tu fosa.
Y yo tan firme, de verdadero amante,
Me mantuve tan fiel a tu amor,
Según tu corto juicio condenarme
Que vengas a que yo te pida perdón.
Y que hipócrita seriamos en esta vida;
Sin querer aceptar nuestros errores,
¡Acepta los míos, yo acepto los tuyos!
No vengas de ingrata hacer reproches.