La ventana de una habitación oscura y fría;
Puedo notar la presencia de una mujer,
Con su espectro pálido de una piel amarilla
Y túnica blanca de inocente que podría ser.
Con su mirada vacía que refleja una tristeza;
Y un corazón angustioso lleno de dolor,
Cómo si esperara una respuesta de la luna:
En donde se encuentra, su profundo amor.
Unos querubines... disfrazados de palomas;
Adornan el tintel de su ventanal color café,
¡Al consuelo; _ de la pobre descorazonada!
Canta en melodías el llanto de bella mujer.
Será una duquesa _ su reflejo por la noche;
Cantándole baladas algún pobre trovador,
Y se unirá al bardo que te dice su reproche:
Yo llamo tenaz maldita, al pobre ruiseñor.
Tiene sobre su alma la fragancia de la rosa;
Deshojo la amorosa virgen de una flor...
Para la tristeza que la consume lentamente
Siendo la sed de lo bello, el horroroso amor.
¡Rezo oraciones!, para que guíen tu camino;
Y no seas como un fantasma triste mujer,
¡Porque tornas la mirada hacia tu ventana!
Si el amor que perdiste, nunca ha de volver.