LA MUERTE DEL POETA
La muerte del poeta
Soñaba con la muerte que le covijaba el alma
Perdido en un laberinto oscuro sin salida
Lucía un traje negro como la noche helada
En el triste pensamiento nublado de agonía.
Con sus ojitos de fulgores y su carita pálida
Cuyo corazón es como un lecho de plumás
Convaleciente de aquella muerte perfumada
Sin poner resistencia ante su dulce partida.
Dentro de su habitación un frío gobernaba
Una voz le decía que tome el arma suicida
Dirigiéndose a la casa rumbo a su amada
Para despedirse de ella y dejarle su carisma.
Tocando las melodías al tintel de la puerta
Recibiendole amada con su bella madre
Mientras la muerte rondaba al niño poeta
Queriendo llevarse a la tumba su alma.
Mientras en una sala suspenso dialogaban
Con palabras muy errantes sin sentido
Admirada amada a lo que su voz le decían
Queriendo despedirse del cruel destino.
Como una escena terrorífica muy espantosa
Tomando el arma disparando tras su oreja
Voltea amada y ve caer al piso su cuerpo
Quedando la sangre derramada del poeta.
Tomó entre sus manos una mano danzarina
Cuyas pasiones prohibidas la muerte tomó
Con un papel en manos y un poema escrito
El alma en los labios como testamento dejó.
Quedando escrito como leyenda sin tregua
Como ejemplares de un verdadero amor
A muchos inspiran su poema en canciones
Llegando hacer patrimonio del Ecuador.
Descansa sobre aquellas tierras prohibidas
Perteneciente a un pasado de inspiración
Dejando de recuerdo la tinta de su sangre
Dejando su nombre sin olvido en el corazón.
Préféré par...
