¡Hay, que triste se encuentra mi alma!
Contemplando los astros en el cielo,
Mientras que una lágrima cae de lo alto
Una estrella queriendo ser mi consuelo.
De este dolor tan grande, que yo siento,
¡La luna, se consuela con mi canto!...
Y va alumbrando en mi camino oscuro;
Sabe que vivo: en el miedo y el llanto.
Veo la noche, como la vio el poeta Silva,
Miro las estrellas, que el de niño vio...
Veo una mujer con la capa de la muerte
Y la oigo llamarme: con una tierna voz.
Aquí en este día, la siento y va pasando,
Aquí alado mio, con una sonrisa paso,
Y sus manos me hacían seña que fuera
En este mismo sitio, donde ahora estoy.
¡Quizás ven mis ojos una cita amorosa!
Una lágrima bella, que del cielo cayo,
Se transformó en una figura, una mujer,
Y con sus miradas asesinas: “me mato”.
Ella, viene con su alma toda entristecida,
Me contagia de su mal y lo que existe,
Con su aroma, su piel y su sangre fresca
Y viene dulcemente con la estrella triste.