Ésta, rara y oscura; de cabellera extraña
Mujer de ojos de luna y cejas negras,
Lo envuelve a mi querer y lo enmaraña
Me tiene perdido hasta en sus orejas.
Con mucha devoción a mi corazón llega,
Esa mujer amada; que llega sin velos,
Y a mi vista el castro amor se despliega
A mi ser dichoso donde puedo verlos.
Como una copa de cristal: yo bebiera
Su ardiente amor reserva al universo,
Vino hirviente amor: del vaso y fuera,
¡Más dulce o amargo: que mi verso!
Sólo hay vaso que a mi sed la apagué,
De su amor y hermosura: naturaleza,
Que su alma humana en mi propague
La larga chispa que tiene su belleza.