Miguel Peñafiel

EN DESEOS

En deseos

Miro a los ojitos que alumbraron los míos,
Escucho la voz que me hizo cantar,
La miro es porque ponen a mis ojos tibios
Si le canto es porque me hace suspirar.
Y cuando escucho la voz de Lorena,
Es voz que arrasa con la montaña,
El mar de la playa agita a la arena
Así como me agita verla de mañana.
Es la elegida mirada de una princesa,
Y la voz de Dios en su garganta,
Es un dulce sentimiento que no cesa
Muy profundo en mí que no se aguanta.
Cómo un arquitecto sueña con su obra,
Yo sueño con verla todas las mañanas,
Así mi pensamiento la llama y la nombra
En deseos de que arrase con mis ganas.

Reserva derecho de autor.

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