El temor es mi descanso que llevo en mi frente,
Mi Dios, soy hombre que te honra,
No quisiera de tu lado sentirme ausente
Más quiero ser sombra que te adora.
Recordando desde la visión de la vigilia,
Llegue a entender ciertas cosas,
Que para alcanzar la inmortalidad, que mi alma ansia
Necesito ser salvado, a partir de ahora.
No quiero sentirme padre abandonado,
Aquí rezando, me tienes a tus pies,
Lloré a entender, que necesito de ti ser purificado
Bañame con tu sangre, gloria de tu propia fe.
Quiero la felicidad como mi segundo nombre,
En ti, sólo, la puedo encontrar,
Contigo me sentiré como un majestuoso hombre
Que ha encontrado el camino, y ha logrado entrar.