Poesía
En el camino del amor, ya no quiero tener que seguir.
Son largos los caminos, como en un sueño de mentiras. El verdadero significado ha cambiado, pero como siempre no queremos darnos cuenta... ¿De qué me servirá que yo amé, si al amor hoy en día no comprende en frases, ni en letras, que importa lo que diga, el aprendizaje de las palabras no tendrán sentido en este sueño atroz del que vivo. La buena amistad y el sereno amor, ya no abren las puertas a las bibliotecas como antes las abrían, las cosas comunes, los buenos hábitos, el dulce amor de una madre no se podrá comparar con el traicionero amor de hoy en día, la sombra de que algún día fue la persona más dichosa en creer sostener en los brazos el amor verdadero?
Estar con la persona que amo o no estar con ella, es la medida de mi tiempo.
Ya mi pensamiento se quiebra sobre la fuente, ya mi corazón no se levanta con la voz del cántaro, ya se ha perdido la fe de los que miran por las ventanas, pero el amor no ha querido traer paz.
El amor: la ansiedad y el alivio de oír su voz, como aquella memoria memoriza aquel canto hermoso, bajo el temor de vivir en lo sucesivo.
Es el amor que con sus pequeñas mentiras, me atraen con sus pensamientos inútiles.
Hay una esquina por la que ya no quisiera pasar.
Ya los caminos me cercan, haciéndose más difícil.
(Este amor es irreal; como todo lo que he visto.)
El hombre juega con la mujer.
Así mismo la mujer juega con el hombre.
Yo soy otro más de la lista, otro más desdichado.
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