Dichosa la vida, que me tiene sensitivo,
Como el noble corazón que mi alma siente,
Pues no hay amor más grande que sentirse vivo
Mi mayor querer suele ser mi consciente.
Comprender que el amor, es mi rumbo cierto.
Y sin temor a la vida de no haber sido nada,
Sin temor seguro de estar mañana muerto
La vida me habrá de vuelto la flor pisoteada.
De lo que conozco y apenas sospecho,
Que la carne que tienta no valdrá nada,
Y la tumba que recoge en sus fúnebres pecho.
¡De yo saber adónde vamos y dónde la vida nos aguarda!...