Desperdicie mi juventud en
La prematura soledad, en
Aquel lejano horizonte
Donde los caminos no se
Cruzan jamás.
La sangrienta herida de
Aquella muerta primavera,
Por la muerte de mi amada
Que me dejó una profunda
Tristeza.
Me quede solitario y vacío
En busca de una rosa
Asesina, llora en silencio
Mi alma por esta amargura
Agonía.
Decidí quedarme tan sólo
Y vivir en una ilusión
Amarista, que poco a poco
Sin darme cuenta me fue
Consumiendo la cruel
Melancolía.
Entonces mi alma pecadora
Solitaria me abraza en su
Arrullo, un solemne
Mutismo de campanas
Descienden de mis ojos
Lágrimas furtivas.
Desperdicie mi juventud,
Sin darle a mi corazón una
Última oportunidad, dios
Mío te pido que te apiades
De mi alma y regresame
Esa alegría para volver amar.