Cuando el reloj detenga sus manijas,
Cuando sus horas ya estén contadas.
Despertarán del sueño, los hijos y las hijas,
Ya no serán las noches madrugadas.
Antes de que se apaguen las luces,
Antes de que seamos fantasmas,
Sobre la sombra irregular que deduces
Bailarás de alegría con las palmas.
Luego la forma de nuestra alma,
Pasa a morar por la puerta abierta,
A una santa y tranquila calma
Donde se mantiene mente despierta.
Ellos, los profetas que en su marcha,
Ya habló con todos en la tierra,
Para limpiar la mente de la mancha
Que cansada de la verdad se cierra.
Quien a mi juventud ha otorgado,
Más todas las cosas en el mundo,
Como un santo que os ha dado
Su amor sincero y tan profundo.
Con mi paso sin prisa y silencioso,
Camino como el mensajero divino,
Pongo mis pies gentiles y amoroso
Como un iluminado en el camino.
Yo lo digo. Pero más lo comprendo,
Es la oración sin voz del espíritu,
Mirando hacia abajo lo entiendo
Como creador se ese amor ímpetu.
Como otros que han vivido y muerto,
A menudo deprimido y solitario,
Pero yo he regresado del huerto
Con la ayuda del todo beneficiario.
Más he amado con todo el corazón,
Con nobles deseos para mi lucha,
Cansado no desmayaré a mi razón
Yo soy el guía para quién escucha.