No hay luz del amanecer del día
Que vean tus ojos en aquel angustiado rincón
Arrepentido de las malas acciones
Del pecado mortal que enveneno tu corazón.
De las malas alimañas que se hacen llamar
Amigos; de la codicia del mundo que te privaron
De tu libertad, que triste es mirarte tras unas
Rejas en tu nueva morada acompañado por la
Soledad.
Te han de esperar unos largos años
Para volver a ver la luz del sol
Que tan sólo me siento sin ti hermano
Haber caído por culpa de un error.
No obstante cauteloso
Cegado por nuestra propia conciencia
Que triste que paguen los inocentes
Por las malas injusticia de la pobreza.
En donde ese rincón de la esquina
Donde sólo gobierna la tristeza
Donde el brillo de los ojos se apagan
Y se acaba la existencia.