Si tus ojos me vieran como te ven los míos;
Y tus labios de seda temblaran al verme,
Te endulzaría la boca como se endulza la mía
¡Con la dulzura, con que me haces quererte!.
Si tu rostro de infante, luciera ante mis ojos;
Tan bella y divina como lo hace siempre,
No me tardaría mucho en pedirte tus manos
Y con mis ansiosos labios, besarte la frente.
Tienes esa inocencia, en tus tiernos rasos;
Y mi alma sobre tu corazón va pintando,
Mi sentimiento es el marco en que sostiene
¡Toda la belleza sublime de tus párpados!.
Que los favorecidos astros, iluminen tu día;
Cómo en las noches alegres y triunfantes,
Eres una niña con un corazón muy sensible
¡A la perspectiva de tu imagen de infante!.