Camino hacia el norte

El camino al norte es el mejor camino que ella pudo haber tomado, siempre se avanza con la esperanza de tener algo mejor, así la joven encontró una montaña empinada, lo escaló llegando a la cima. Desde lo alto vio la maravilla del fértil valle al cual se acercaba. Sintió un momento asombroso (a pesar del dolor que le causó un mal amor que no la valoró como ella a él), gritó a los cuatro vientos ¡Quiero ser feliz mi vida, quiero!
Cuando bajó siguió hacia el norte, la nieve la consolaba con sus fríos toques en la piel. Desde lo lejos vio a alguien acercarse, era un hombre que viéndola sola le pregunta - ¿está usted bien? ¡La veo cansada!, ella respondió –sí, estoy cansada pero debo seguir hacia el norte, el joven hombre preguntó -¿y qué hay en el norte? –mi consuelo, dijo la mujer, él insistió en ayudarla y ella aceptó, y así el le ofreció su casa, sus alimentos y el abrigo de su chimenea. La joven se quedó esa noche pasando muchas más hasta recuperar sus fuerzas, agradeció al gentil joven y se despidió.
De nuevo ella se dirigía a su norte donde encontraría su calma, en su ruta se hecho a descansar sobre un tierno tronco y así calló en un sueño profundo, en el ella era feliz con un buen hombre a quien amaba y más que nunca pero el frió viento se hacia más presente y la despertó de su sueño. Ella sonrió y hecho nostalgia al buen hombre que la ayudó, se dirigió de nuevo a su norte, caminando y con hambre, buscó así en su bolsillo unas galletas que el amable hombre le había regalado pero junto a esto encontró un mensaje que decía “En estos días de nieve me enamoré de ti y tú?” la joven sonrió y decidió volver, en su camino se halló con el hombre quien iba en busca de ella también, se abrazaron y besaron.
Ella aprendió que se puede volver amar, que gracias a no encerrarse en su pequeño mundo, salió a buscar la calma, respirando el buen aire encontrando al fin al hombre que le valore y ame de verdad.