#SigloXX #SigloXXI #Uruguayos #1974 #ElAmorLasMujeresYLaVida
No sé si alguna vez les ha pasado… pero el Jardín Botánico es un par… en el que uno puede sentirse árbol… siempre y cuando se cumpla un requ… Que la ciudad exista tranquilament…
Por tercera vez sueña con la mesa pulida y larga, y aquellos diez o doce rostros que lo enfrentan, unos interrogantes, otros agresivos y otros más con ojos indiferentes, tal vez vacíos....
Nos han contado a todos cómo eran los crepúsculos de hace noventa o novecientos años cómo al primer disparo los arrepen… echaban a volar como palomas
Quieren que me refugie en vos palabra blanda silaboba que crea a pie juntillas que sos m… monasterio tantas cosas
No te quedes inmóvil al borde del camino no congeles el júbilo no quieras con desgana no te salves ahora
No sólo el río es irrepetible tampoco se repiten la lluvia el fuego el viento las dunas del crepúsculo no sólo el río
Este es el buey que mira por su oj… el perpetuo horizonte con su tiara… la tarde apaciguada la pruden… los árboles del borde impasib… del ángelus previsto con su lament…
A sus treinta y cinco años, Ileana Márquez tenía marido (Dámaso) y amante (Marcos). Saberse querida, o al menos deseada por ambos, no le causaba la menor ansiedad, más bien le otorgaba ...
¿Qué remoto corpúsculo de amor se abrirá paso entre las fobias de… ¿llegará como pájaro aterido? ¿como nube moribunda de lluvia? ¿como rayo sin trueno?
Tu nombre es como el crisol donde se funde la hazaña tu nombre es como la caña que endulza con lluvia y sol de su destino naciente
Cuando el no ser queda en suspenso se abre la vida ese paréntesis con un vagido universal de hambre somos hambrientos desde el vamos y lo seremos hasta el vámonos
Quedan las cáscaras de vida la solidaridad de las columnas las pausas del escombro el pavoroso cielo gris la tierra exasperada
Allá en mis nueves años circulaban dos tipos de tranvías los amarillos de la transatlántica los rojos de la comercial pero aparte de que fueran alemanes…
Hablo de tu infinita soledad dijo el fulano quisiera entrar al saco de tu memo… apoderarme de ella desmantelarla desmentirla
A partir de 1980, yo había estado varias veces en Copenhague y siempre había cumplido con el rito de rendir homenaje a la legendaria sirenita de Eriksen. Debo reconocer, sin embargo, qu...