Hace tiempo fuimos sancionados de veras
y alguien nos colocó junto al río desplegado
hizo pozos en la cóncava arena materna
para que sintiéramos la obligación de instalarnos
creó un oleaje que de acuerdo a lo previsto
desorientó las esperanzas y los muelles
y en cada crepúsculo propenso a la angustia
nos despeinó con una tierna brisa
tal vez por esa razón cuando suenan
las rituales consignas del verano
nos insertamos sin fe y también sin violencia
en esta tradición poco menos que inmóvil
como si las noticias acerca de suicidios
y motines y estupros y explosiones
llegaran de una memoria no sólo derruida
sino además científicamente inexacta
durante esa vacación o letargo
de quince semanas y un miércoles anexo
vemos rocas y nostalgias y pájaros
a través de los mismos anteojos ahumados
y el higiénico ocio yacente
respirando con apática perseverancia
nos otorga por fin un inmune pellejo
de matizadas y saludables escamas
mientras tanto en alguna paciente llanura
se amontonan agüeros y simples profecías
vaya uno a saber dónde tiene el futuro
su aleatoria y portátil confianza
su depósito con furgones de pánico
su espléndido acopio de torturas
sus disciplinadas agujas que enhebran
modestos hilos de sangre caliente
no nos importa que el lejano dolor
esté pagando su carísimo peaje
en rigor no nos importa ni tampoco nos alude
nada de lo que ocurre a espaldas nuestras
estamos aquí para admirar los transatlánticos
que desandan el alegre horizonte
por lo menos estaremos mientras duren
el celaje y el sopor estivales
sólo ahora comprendemos el error sin disculpa
de no haber impedido que algo o que alguien
tomara la decisión de colocarnos
irreversiblemente junto al río
y creara y fomentara con tan laxo talante
desatendidos y brevísimos veranos
insuficientes para despreocuparnos
como los viejos moluscos que somos
la verdad es que la publicitada primavera
siempre nos pareció demasiado ventosa
no estamos ni remotamente preparados
para el otoño y su catástrofe de hojas
y por supuesto odiamos un invierno que carece
hasta de una nieve inobjetablemente estética
es por todo lo expuesto que exigimos
la inmediata ampliación del verano.