Cuando Jesús arrojó del templo
a los estupefactos mercaderes
los defenestrados juraron vengarse
durante casi dos milenios se reunieron
en Roma en París en Wall Street
en Londres en la Meca en las Malvinas
se entrenaron disparando dardos
contra un cristo de cartón piedra
y para darse ánimos lo insultaban
en arameo en fenicio en hebreo
en árabe en griego en cananeo
y últimamente en polaco y en inglés
con paciencia batracia los mercaderes
esperaron al vicario apropiado y entonces
invadieron triforio y tabernáculo
naves laterales y presbiterio
y con la imprescindible bendición papal
expulsaron del templo a Jesús Nazareno.