Mario Benedetti

A Luvis, in memoriam

Qué difícil es verte sonreírte
meternos todos en el disimulo
imaginar futuros que te incluyen
decir que volveremos volverás
a respirar el aire de tu cuadra
a ver la playa el corazón del día
y disfrutar las uvas los duraznos
esos lujos del pobre
 
cómo hablar de las buenas cosas simples
que dan gusto a la vida y a tu vida
si sabemos que te siguen el rastro
y nadie ha de guardarte ni esconderte
ni podrá convencer a tu sabueso
ni morirse por vos ni derramar
un llanto clave para que te quedes
vital entre nosotros
 
en los comienzos el exilio era
tan sólo el hueso de vivir distante
ahora es también el de morirse lejos
ya la nómina tiene cuatro o cinco
la soledad el cáncer y los tiros
acabaron con ellos y quién sabe
cuántos más son ahora tantos menos
en el país errante
 
el trago es más amargo todavía
porque morir de exilio es la señal
de que no sólo a vos sino que a todos
nos han quitado ese último derecho
de abandonar el tren en la estación
donde el viaje empezó / nos han quitado
esa muerte doméstica que sabe
de qué lado dormimos y qué sueños
aportan las vigilias
 
por eso cuando admito que te vas
sin haber regresado y aun en brazos
de un pueblo que es hermano / te prometo
luchar no sólo por cambiar la vida
sino también por preservar la muerte
la nuestra / que es matriz y nacimiento
morir donde se quiere / como exigen
hasta los elefantes.
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