Tal vez en un desnudo amanecer con frío
ese frío corpóreo y a la vez transparente
que viene desde arriba como el ojo de un búho
en un exacto mundo todavía con árboles
todavía con monstruos y rocío y pregontes
corrompido o a punto de encontrar su pureza
en una edad que desmorone juicios
que embista rangos y madure insomnios
y cambie lo imposible en inminente
en un tiempo con ruinas y paciencia
y un nuevo resplandor que no nos abochorne
y esa enorme tristeza que se llama sosiego
allí en ese desnudo amanecer con frío
ya sin consternación y casi alegres
descubriremos la presencia estable
de otra armonía y otro paradigma
y el bienaventurado cataclismo
ese impróspero azar que es la justicia
pero de aquí hasta entonces hasta ese
ecuánime relámpago de veras
de aquí hasta ese fulgor irremediable
cómo vivir esperanzadamente
en esta noche atroz leonina abyecta
cómo vivir en este socavón sin escape.