#SigloXX #SigloXXI #Uruguayos #1988 #VientosDelExilio
Señores y relojes / niños y disimu… ésta es una excursión a los invier… nuestro país como podrán comprobar… [adjunta tiene forma de corazón o quizá de…
Un hombre alegre es uno más en el coro de hombres
Cuando Adán el primero agobiado por Eva y por la soledad inventó cautelosamente a dios no tenía la menor idea de en qué túnel de niebla había me…
«¿Y eso por qué?», preguntó Montse en su tercera sesión de café montevideano. «Sencillamente porque la dictadura nos dejó una herencia de mezquindad», respondió Jorge, «un legado ...
En el principio era el verbo y el verbo no era dios eran las palabras frágiles transparentes y putas cada una venía con su estuche
En el manso dolor que te perturba cuando asumes lejano cómo vibra o… la inocencia del otro en la desolación convertida en cri… en el silencio lleno de palabras n…
Son incontables jueves de babel y galeras de berrinches con sorna de gritos en el cielo de orden y de caos
Sobre cartas de amor Las circunstancias / tiempo en car… ponen a nuestro alcance pena y goc… pero más de una vez nos llevan a remolq…
Más allá de los males y los bienes tu mejor aventura cotidiana es lidiar con la vida lisa y llana que lograste y afinas y mantienes. La noche se ha quedado sin rehenes
Si cada hora viene con su muerte si el tiempo es una cueva de ladro… los aires ya no son los buenos air… la vida es nada más que un blanco… usted preguntará por qué cantamos
¿Te importa mucho que dios exista? ¿te importa que una nebulosa te di… ¿que tus oraciones carezcan de int… ¿que el gran hacedor pueda ser el… ¿que los torturadores sean hijos d…
La calle brilla para la ocasión llueve sobre mis nervios bienvenid… el aguacero me repara no sé qué lava en mí tal vez siluetas o intenciones
Los abruptos pueden ser violentos tozudos y hasta sectarios pero los
El ojo de este pez que aún se agit… no evoca desconcierto sino confirm… de sus presagios sobre el pobre mu… el ojo del pez mira a través de los cuerpos
Mirate así qué cangrejo monstruoso atenazó tu… qué paliza paterna te generó cobar… qué tristes sumisiones te hicieron…