#EscritoresUruguayos #SigloXX #SigloXXI #1988 #VientosDelExilio
Este regreso no era obligatorio sin embargo la mano encuentra su cuchara el paso su baldosa el corazón su golpe de madera
En una exacta foto del diario señor ministro del imposible vi en pleno gozo
Mi saldo disminuye cada día qué digo cada día cada minuto cada bocanada de aire muevo mis dedos como si pudieran
El día o la noche en que por fin l… habrá que quemar las naves pero antes habremos metido en ella… nuestra arrogancia masoquista nuestros escrúpulos blandengues
Los árboles ¿serán acaso solidarios? ¿digamos el castaño de los campos… con el quebracho de entre ríos o los olivos de jaén
Hay almohadas de pluma hay almohadas de siesta de lana de vientre de muerte
Cuando el barco es dejado por las… a uno le vienen malos pensamientos… alarmas sin razón, carencias natas… pereza para aliarse con los viento… o no prever lo mucho que fatiga
La esperanza tan dulce: tan pulida tan triste la promesa tan leve no me sirve no me sirve tan mansa
Todas las tardes, al regresar de su trabajo en el Banco (sección Valores al Cobro), Esteban Ruiz contemplaba con deleite su nueva adquisición. Para el joven poeta inédito, aquella maqui...
Volver al barrio siempre es una hu… casi como enfrentarse a dos espejo… uno que ve de cerca / otro de lejo… en la torpe memoria repetida la infancia / la que fue / sigue p…
Cuando la noche se pobló de ánimas de ángeles de ratas y de truenos el más cruel de los crueles se abasteció de agravios y los poso en los nidos y en las l…
Después de tanta quietud tanto sil… el país gira como un trompo llega a la orilla de las decisione… de las falencias y del optimismo cada uno lleva su ramillete de gan…
Detrás del humo estamos todos saciados o anhelantes diezmados o furtivos los jóvenes que fuimos y sorprendentemente ya no somos
Como un exacto curriculum de Carl… así puede leerse de un tirón el apretado libro de Tomás pero después de ese tirón algo fal… y hay que empezar de nuevo
El silencio del mar brama un juicio infinito más concentrado que el de un cánta… más implacable que dos gotas ya acerque el horizonte o nos entr…