#1973 #EscritoresUruguayos #LetrasDeEmergencia
No hay ángeles no hay dios no hay cielo no hay regreso sin embargo
Cada uno es de un sitio pero un sitio no es sólo maravilla… sino también horrores y carencias en la calle
Es importante hacerlo quiero que me relates tu último optimismo yo te ofrezco mi última confianza
Nuestro conferenciante de esta noc… es de aquellos que nunca necesitan presentación o panegírico quién no conoce al huésped de la s… al utilero del ambage
No me gaste las palabras no cambie el significado mire que lo que yo quiero lo tengo bastante claro si usted habla de progreso
Y está tu corazón próximo prójimo hermano a borbotones ensimismado dócil triste exangüe con terribles secretos en tu fondo
Me he quedado junto al árbol veterano y cordial en su sabiduría un pibe alegre y andrajoso corre y recorre el sendero sin nad… en la gramilla blanda y celestina
Querés saber dónde están los mucha… sospechás que ahora vendrán caras… y aunque pasó una sombra sonó un b… guardás escondida una esperanza hu… que es toda la fortuna de tu coraz…
De vez en cuando es bueno ser consciente de que hoy de que ahora estamos fabricando
En las pausas insomnes en los ojos glaciales en el gesto ritual de la amenaza el vocero del odio estrena sus eni… hinca roedor sus dientes en el hum…
Hacía mucho que no encontraba a es… de la que conozco detalladamente e… y creía conocer aproximadamente el… pasado no es presente eso está claro
La noche en que colocan a Osvaldo (tres años recién cumplidos) por primera vez frente a un televisor (se exhibe un drama británico de hondas resonancias), queda hipnotizado, la boca ent...
De pronto comenzaron a llorar las criaturas los perros en el ángelus las vírgenes propensas los ancianos a término
Vos también estás asombrado no querés admitir la salvación por… o acaso no podés creer que haya cualesquiera hijos de vecino que metan la vida prójima en el ce…
Esta cotidiana no se apoya en ning… hoy es tan sólo un viernes de poca… sin noticias o trazos demasiado ma… ni tampoco demasiado buenos funcio… las endocrinas y los semáforos