Tus besos, mi vicio
y la distancia, mi castigo.
Tus caricias, mi refugio,
y tu olvido, mi tormento.
Tu mirada era mi cielo,
y tu adiós, mi eterno infierno.
Tus palabras, mi consuelo,
y tu silencio, mi condena.
Tus promesas, mi anhelo,
y tu ausencia, mi sentencia.
Tu desprecio, mi dolor
y tu amor, mi cadena.
Fui faro en tu marea,
y aún luchando contra la corriente,
acabé naufragando, hacia una isla desierta.