María José Luque Fernández

Esperanza

Y cae en la noche sobre nosotros
esa manta raida y vieja
cubriendo la esperanza
esa que necesitas
para que las sombras no aniden
en ese alma nuestro que
en estos tiempos, ahora,
te confirmo que pesa
que arrastro los pies
sin ganas
acompañando en sigilo
aquello que  aquí habita
el silencio que estalla en llanto
gritos que se ahogan en la garganta
cuando el abrazo acompaña
en la soledad del momento
cuando cruje la vida
como hace ahora
en la que el  olvido no anida
en que el arroyo de lodo
se lleva la vida
que prende en silencio
el faro que luce
limpiando las calles
kientras el alma se acalla
y el corazón se enlentece
en la triste espera
de encontrar más vidas
cuando no hay estrellas
en el cielo que me guíen
y sobre la vía láctea camino
buscándote
refugio de mi ser en tu ser
savia que nos alimenta
en ese caminar tuyo
en el que prende la luz que habitas
necesitando de todo
hasta de esa manta raida y vieja
que cubra y acaricie la esperanza
esa que tú y yo deseamos
alumbre el mundo
cuando el día fenece
y las sombras buscan ser abrazadas
en esta debilidad en que el murmullo asesina
y libera el miedo
ese que todos sentimos en la piel que habita
y juntos de la mano
enfrentamos este desastre
al que la madre tierra nos asoma
devastando todo
sellados los gritos quedan
entre los adoquines de sus calles.
con el lodo que marca el camino.
ese donde vuestras pisadas quedan,
huellas que marcan mi destino
en ese auxilio en el que te vuelcas
tú mi desconocido
entretejiendo nuestros latidos
en un telar invisible
que marca ya tú existencia
en ese pentagrama donde el latido
se desdibuja
intentando ser vida  presente.
esa eres tú, Esperanza
el ancla que me sujeta.
 
@María José Luque Fernández
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