Bussokusekika, versos japoneses
Esa marea que te inunda, deseo que te anega, ser que tiembla en tu mirada, manos que se pierden en la niebla, ese placer que se desata,
Y en el candor de tu mirada, viven mis sueños que prenden de luz cada matina. En el mar de mi impaciencia se debaten tus ausencias.
De miedos estamos hechos, tinieblas nos acechan, pesadillas… cada paso que evitamos miedo impre… Cada letra que escribimos pánico n… cambios inusuales rompen la rutina
Blanco es el espacio dónde me ubic… no se lo que buscas cuando me impr… negro es el espacio dónde me ubico cuando me ignoras cuando te marchas
Estímulos, percibo sensaciones, se cruzan mis neuronas, la música se asoma a mi mirada, fragancia de suave azmicle siente… oler al rojo carmín de tus labios…
Una flor en el desierto, es silenc… un insecto la acompaña aletargado… el calor arrasa todo, hasta que la… Grises y negros recorren el cielo… breve, intensamente la vida cobra…
Ese sentir sereno que acompaña tu… reclama para si el cielo, la tierr… eres orgullo presuntuoso de quien… buscando sentido entre silentes mo… acompañas el ser dejando de tener…
Hoy serás vida en mi poesía verderón picoteas mi mano las migas que nutren tu cuerpecito despacio avanzas precavido eres
No olvides que soy el diablo, dedos inocentes que trazan el dese… un lienzo en blanco, teñido de roj… hermano de sangre, me llevas cogid… Esperas amigo, el momento,
Y entre las sábanas de tu piel descubro la matina, caricia que algarabía en mi mejilla prende, rosado que pincela
Carne y sangre nos unen, imperan lazos que nutren, fuiste vida en mi ser, eres ser de mi vida. Luz que me indica el camino,
Una caracola en el fondo del mar, un pez que roza mi piel, una medusa se acerca, respingo, me aparto. Un caballito de mar, se va,
Atrapados entre las letras dormitan los sentidos cubriendo la hoja en blanco con tinta de emociones, deslumbran los detalles
!!NO¡¡No, nada es la palabra que mi mente rebusca que mi cerebro clickea que mi mano reescribe. No, nada es la palabra
En este otoño tardio en el que revolotean las hojas y el ocre baña el paisaje mi piel se estremece a su llegada.