Es el instante en el que te escucho, goza el alma. @María José Luque Fernández
Te soñé, en el eco del silencio desbocan mi… se resecan mis labios en la espera… vuelan al viento los gemidos quema la piel que te desea.
Imborrables tus huellas y de repente, te paras y ante mi mirada te muestras como lienzo inacabado, huella imborrable,
Golpean, paso a paso marcando la tierra que no es suya latido que se envuelve entre las manos
En la quietud del silencio visto de mirra mis dedos y de plata mi mirada, el almizcle de dos cuerpos acompañando el paseo, descendiendo por las simas, prendiéndonos de vida, resurgiendo...
Inquebrantable su figura restallaba el llanto profusa manera de desolar el día desandando el camino.
Y cae en la noche sobre nosotros esa manta raida y vieja cubriendo la esperanza esa que necesitas para que las sombras no aniden
En el cielo luces que son explosivas en la tierra aúllan las sirenas otra brecha se abre
Encontré en mi silencio el alma de la tierra mientras latía bajo mis pies, desnudos en el lento caminar descubrí
Sonidos mudos para la escucha Irremediable búsqueda del ser Lentitud acomodada del pensamiento Entendimiento crucial para el alma Negligencia aparcada en la cuneta
Altas y grandiosas parecemos solemnes cuando solo es un sueño pequeñas diminutas seres de un mundo de ambición
Cubrirás mi pecho de deseo cuando al alba la luz nos acoja, en los senderos prohibidos de luju… las horas serán microsegundos, se abrirán las esferas que dormita…
En ese interior mio que tan celosamente guardo se entreteje mi destino, hojas secas ondean al viento cubriendo las huellas del camino,
Desvelando mis secretos corría tupidos velos despertando sospechas inciertas que en caracolas colgaban desde los cielos, los cabellos