Lecturas de Juan Sánchez Peláez
V, del libro Animal de costumbre (1959)
Cuando subes a las alturas,
Te grito al oído:
Estamos mezclados al gran mal de la tierra.
Siempre me siento extraño.
Apenas
Sobrevivo
Al pánico de las noches.
–Cuano te elevas y flotas entre las sábanas, como hiciera Remedios, yo logro sujetarte suavemente. Arrugo tu ropa entre mis manos y alcanzo a gritarte:
Estamos mezclados al gran mal de la tierra.
Que no mezclados con el gran mal de la tierra. Es decir, somos un polvillo que se esparce entre las montañas, los vocablos, el sol en la sombra de un aragüaney.
Soy
Algo más que el sentido mayor de las cosas en mi pequeña osamenta de paja.
Con dificultad me sostengo
bajo la luna.
