Es una tarde cenicienta y mustia, destartalada, como el alma mía; y es esta vieja angustia que habita mi usual hipocondría. La causa de esta angustia no consi…

Naranjo en maceta, ¡qué triste es… Medrosas tiritan tus hojas menguad… Naranjo en la corte, ¡qué pena da… con tus naranjitas secas y arrugad… Pobre limonero de fruto amarillo

La calle en sombra. Ocultan los a… el sol que muere; hay ecos de luz… ¿No ves, en el encanto del mirador… el óvalo rosado de un rostro conoc… La imagen, tras el vidrio de equív…

Una noche de verano —estaba abierto el balcón y la puerta de mi casa— la muerte en mi casa entró. Se fue acercando a su lecho

¡Oh, figuras del atrio, más humild… cada día y lejanas: mendigos harapientos sobre marmóreas gradas; miserables ungidos

Recuerdo que una tarde de soledad… ¡oh tarde como tantas!, el alma mí… bajo el azul monótono, un ancho y… que ni tenía un pobre juncal en su… ¡Oh mundo sin encanto, sentimental…

Crear fiestas de amores en nuestro amor pensamos, quemar nuevos aromas en montes no… y guardar el secreto de nuestros rostros pálidos,

Y nunca más la tierra de ceniza he de volver a ver, que el Duero a… ¡Oh loma de Santana, ancha y maci… placeta del Mirón; desierta plaza con el sol de la tarde en mis balc…

Está la plaza sombría; muere el día. Suenan lejos las campanas. De balcones y ventanas se iluminan las vidrieras,

Dice la esperanza: un día la verás, si bien esperas. Dice la desesperanza: sólo tu amargura es ella. Late, corazón... No todo