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Es mediodía. Un parque. Invierno. Blancas sendas; simétricos montículos y ramas esqueléticas. Bajo el invernadero,
A una España joven ...Fue un tiempo de mentira, de in… la malherida España, de Carnaval… nos la pusieron, pobre y escuálida… para que no acertara la mano con l…
El limonero lánguido suspende una pálida rama polvorienta sobre el encanto de la fuente limp… y allá en el fondo sueñan los frutos de oro...
Dice la esperanza: un día la verás, si bien esperas. Dice la desesperanza: sólo tu amargura es ella. Late, corazón... No todo
Cuando murió su amada pensó en hacerse viejo en la mansión cerrada, solo, con su memoria y el espejo donde ella se miraba un claro día.
La tarde todavía dará incienso de oro a tu plegaria… y quizás el cenit de un nuevo día amenguará tu sombra solitaria. Mas no es tu fiesta el Ultramar l…
Sonaba el reloj la una, dentro de mi cuarto. Era triste la noche. La luna, reluciente calavera, ya del cénit declinando,
Anoche cuando dormía soñé, ¡bendita ilusión!, que una fontana fluía dentro de mi corazón. Di: ¿por qué acequia escondida,
¡Tocados de otros días, mustios encajes y marchitas sedas; salterios arrumbados, rincones de las salas polvorientas… daguerrotipos turbios,
A ti laurel y yedra corónente, dilecto de Sofía, arquitecto. Cincel, martillo y piedra y masones te sirvan; las montañas
Hoy buscarás en vano a tu dolor consuelo. Lleváronse tus hadas el lino de tus sueños. Está la fuente muda,
Poeta ayer, hoy triste y pobre filósofo trasnochado, tengo en monedas de cobre el oro de ayer cambiado. Sin placer y sin fortuna,
¿No eres tú, mariposa, el alma de estas sierra solitarias… de sus barrancos hondos y de sus cumbres agrias? Para que tú nacieras,
Tal vez la mano, en sueño, del sembrador de estrellas, hizo sonar la música olvidada como una nota de la lira inmensa, y la ola humilde a nuestros labios…
Desnuda está la tierra, y el alma aúlla al horizonte pálid… como loba famélica. ¿Qué buscas, poeta, en el ocaso? ¡Amargo caminar, porque el camino