Luisa Pérez y Montes de Oca (Santiago de Cuba, 25 de agosto de 1837 – La Habana, 25 de mayo de 1922) pasó a la historia con el apellido de su esposo, por eso se la conoce como Luisa Pérez de Zambrana. Fue una poetisa cubana de marcado acento elegíaco. Es una de las poetisas de las que se dice «nació con el don de la poesía» y está considerada entre las mejores de Cuba e Hispanoamérica. A la edad de 14 años compuso su primer trabajo literario y sus versos, que recogió en un cuaderno publicado con la ayuda de los intelectuales que la rodeaban -y admiraban su poesía- en Santiago. Por sus grandes dotes poéticas y su gracia y finura, Luisa fue elegida para coronar a la gran Gertrudis Gómez de Avellaneda en el Teatro Tacón en 1860.
Luisa Pérez y Montes de Oca (Santiago de Cuba, 25 de agosto de 1837 – La Habana, 25 de mayo de 1922) pasó a la historia con el apellido de su esposo, por eso se la conoce como Luisa Pérez de Zambrana. Fue una poetisa cubana de marcado acento elegíaco. Es una de las poetisas de las que se dice «nació con el don de la poesía» y está considerada entre las mejores de Cuba e Hispanoamérica. A la edad de 14 años compuso su primer trabajo literario y sus versos, que recogió en un cuaderno publicado con la ayuda de los intelectuales que la rodeaban -y admiraban su poesía- en Santiago. Por sus grandes dotes poéticas y su gracia y finura, Luisa fue elegida para coronar a la gran Gertrudis Gómez de Avellaneda en el Teatro Tacón en 1860.
oh como sobre yo alma qué frente triste sombra tus luna cielo noche muerte ya mar estrellas sin dolor cómo esta cuando lágrimas oro soy dios ojos luz alas este tú sol dulce entre mano ay mundo corazón bosque bajo manos os amor pálida más llanto tan aquí estrella para tierra seno azul silencio ángel vuestras nubes vida tumba celeste flor tumbas pues virgen siempre vez losa mí plata mas horizonte cabeza pero flores blanca dónde trémula pensamiento perlas cristal tarde semblante brillo tristes miro tristeza rayo allí suave pura rocío recuerdo llorando fondo sepulcro vi así tiene tanto mira sublime ternura rodillas manto todo va celestial rostro vuelo porque mirar encanto celajes temblando hojas pecho río quién tres pálidas jamás ante eco altar hoy calma sepulcros frentes inmenso tierna sollozando quien suaves pies silenciosa joven sombrío eterno está paso inmensa inmensidad ondas estas pálido colinas corona profundo sombría bellas éter ave genio doliente bien nunca lago melancólica inmortal azucenas vela sollozos puerta oscuro abismo eran estoy vacilante eterna hay herida astros dile cuba lado mío sentada sólo todavía inclinada temblorosa divino ceñida eres contemplo fin lloro nácar gran ardiente placer bella océano melancólicas olas mares faz velo mirada llevas suelo viento allá cumbre duerme callada melancolía sueño entonces gotas rayos he musgo grave paz hijo mejillas entrañas vuestros borde orillas sudarios arco firmamento lejano misterioso poder haz siglos fúnebre ribera visión sienta través pesar amo quisiera miradas verme mía poderoso tembladoras olvidar sagrada historia gloria vaga sentimiento diadema lejos cáliz abre inmóvil brillante divina sube ella dulzura dulcísima sombras gemebundo tranquila vagas poesía vago ángeles entristecido ideal santa aire hora llorar querido sola antes donde pie árboles tiempo entristecida mire pupilas dulcemente virtud cruz ver tal haced tétrica temblorosos sienes espejo negro heridas eternidad estatua veré dormidas tiembla 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atracción nebulosos olímpicos cantares portentos pasión segó invicto suena caledonia honda vibración cisne flotando inunda escultura traspasado nítido esbelta cúpula panteón alzarlo reclinó escocia salvajes sollozó detienen lastimadas desigual silenciosos desatan enlutan perdurable profético nublan ópalos apagan bardos repiten quejas callados contemplan buscan venerables inmortales erige apasionado bautismo solo oue estás ...
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