El caballo alado
(sobre una idea de Spinoza, Ética, XLIX)
1. Supongamos que un poeta
escribe sobre un niño
que sueña con un caballo alado.
2. Supongamos que el poeta
no percibe entonces otra cosa
que la existencia del niño y su sueño.
3. Por tanto
el poeta necesariamente considerará
al niño y su sueño como presentes.
4. Es decir, que
no podrá dudar tampoco de la existencia
del caballo alado
aunque no esté seguro de ella.