Me dijeron que querer a alguien nunca es un desperdicio, que nunca se muere de amor, que soy muy joven para desperdiciar mi cariño de una forma tan intensa, que los pájaros que vuelan en mi cabeza o las mariposas que crecen en mi estómago son una ilusión, enamoramiento lo llamaron. Me dijeron que alguien como yo, (una chica independiente) tiene que centrarse en vivir una vida de emoción, de plenitud conmigo misma, de trabajo duro e incansable, de arte desbordante (de ese que se te sale por los poros) al contemplar, escuchar, charlar, amar.

¿Y qué pasa si el amor que yo siento es demasiado para ti?¿Y si soy muy joven para querer con todo mi corazón? ¿Y si me siento atrapada en la rutina por haber querido siempre ser la mejor? (y no lo soy). ¿Y si ya no quiero escuchar, contemplar, charlar o amar? Aunque eso es imposible, ¿verdad? Es imposible que deje de amar, mi manera de amar, la manera profunda, la manera especial, la manera en la que sufres por amar, amarlo todo de una forma tan grande, tan grande, tan grande, que te consuma tu propio amor, que ya no querer: sino amor, amor de verdad, amor del real. Toda clase de amor: amor pasajero, amor veraniego, amor otoñal, amor romántico y amor industrial, amor duradero, amor...  Necesito un momento para respirar, la vida es muy corta como para dejar de amar.