Fóllame las heridas
No miento si le digo que quiero que sea
la dueña y señora de mis suspiros y de estos orgasmos involuntarios
que solo usted me puede ocasionar.
Tócame, úsame,
roza tus dedos por mi espalda, tomando dirección a mi cintura
y recorriendo mis pechos
con tu lengua sagrada,
besa mis heridas, fóllame los recuerdos hasta llegar a ese punto que me haga estallar al climax de la vida,
limpiame, guíame, tómame del cabello y susurra despacito en mi oído
el jodido éxtasis que nuestras miradas nos piden a gritos.
Preferido o celebrado por...
