Es temprano y llueve.
Se acercan los amaneceres grises,
la blanca muerte.
Y entonces, la piel empieza a echar de menos el calor de los abrazos rojos, el beso prófugo, en el portal de la noche.
Es temprano y llueve;
y el alma empieza a extrañar el te quiero a hurtadillas, la visita a deshora, la llamada que urge, que calma y alivia.
Es temprano y llueve;
Y el corazón busca su diario de las buenas noches, el amor desvelado, la curva del delirio.
Es temprano y llueve.
y el alma se encoge, se vuelve alas en el tiempo.
Es temprano; y llueve.
Luna Negra