Como el suave rocío
Sobre el cáliz de la flor,
Así es tu palabra señor,
Fuente de divina esperanza
Tu maestro, el instructor
Enseñándonos a dar
Los tesoros del corazón
Impulsános a ser fieles al Amor
Aprendimos que el triunfo
nace del perseverar,
Que el Amor lo aligera todo,
Transmutandolo en suavidad
Nos hace vivir en las alturas
Donde brilla la eterna perfección
De allí brota toda fuerza pedida
Que nos permitira cruzar
Las rudas selvas de la adversidad.