Parados frente al gran árbol blanco
Contemplando nuestros atavíos
Parecemos monjes peregrinos
Con capuchas transparentes que
Emanan luz fosforescente
Desde la base del árbol caminamos
Hasta la orilla de un lago que a unos
Siete mil pasos se encuentra
Un grupo de hermanos blancos
Acompañan nuestro transito
Nos movemos descendiendo
Por un túnel muy estrecho
Cuyo lateral derecho perfectamente
Pulido, es granito colocado en
Angulo de cuarenta y nueve grados
Mientras que el piso es de mármol blanco
Todo el túnel es un conducto de
Partículas luminosas en movimiento
Con estructura dinámica de interpretación
Así nos instruye el hermano
Ayhapliano que toma nuestra mano
Antes de dar un salto hacia la
Profundidad del Lago