Las perlas más sagradas
Nacen de las lagrimas
De los que libran batalla
Con las nobles armas
De sus poderosas almas
Son lagrimas de puro amor
Manantial de transfiguración
Crisálida que se endurece
Cruje y estremece por la fuerza
Del nuevo ser que viene
A la manifestación
De la divina condición
De hijo dilecto del Sol
Con pleno poder trasmutador
Que en justa ley, es guerrero sanador