#EscritoresEspañoles
Gente exhausta, con la vista clavada en el suelo,
Te veía llegar, cruzar la puerta, darme un besazo en el morro, mirarme a los ojos
Acaba de cruzar frente a mi parabrisas. Es ella. La recuerdo
Enamorarse es fácil. Uno puede enamorarse —sin demasiado esfuerzo— varias veces al día, a nada
Con los días contados, chaval, así vivimos todos. Esperando a que nos tachen de la lista. Distrayendo
Cosas de la edad, supongo: te da por mirar atrás,
No hay nada gratis. Ni siquiera lo que es gratis es gratis de verd… Siempre te lo descuentan
En todas las ciudades que he pisado me ha parecido verte: un autobús que arranca y que no cojo,
La radio está encendida. Suena la pedorreta de una moto
No solo eres guapo, fuerte y listo, sino que además de conciencia ni una pizca
Tendría alrededor de ochenta años, estaba atascada en un semáforo, como un barquito de vela bajo la tormenta,
El último salvavidas al que suelo agarrarme en estos casos, el teléfono, hoy tampoco me sirve.
Es inútil buscarlo. Cuando menos lo esperas, aparece en un bar. Y ya nada es igual en adelante. Un día tocas los dientes de la gloria,
Las primeras tienen su cosa, es cierto. Otra vez con el trago en la mano, uno se siente a gusto de sentirse tan mal, de tener ese cuerpo,
Ándate con cuidado, que no se entere nadie de que lo pasas bien, que tu vida funciona, y eres feliz a ratos.