#EscritoresEspañoles
Uno siempre espera que suceda algo, que algo bueno suceda, algo que le dé un giro brusco, un empujón, un bandazo
El último salvavidas al que suelo agarrarme en estos casos, el teléfono, hoy tampoco me sirve.
En todas las ciudades que he pisado me ha parecido verte: un autobús que arranca y que no cojo,
Nunca lo he visto antes, pero conozco a ese hombre. (Si me acercase, distinguiría en sus ojos
Acaba de cruzar frente a mi parabrisas. Es ella. La recuerdo
Gente exhausta, con la vista clavada en el suelo,
No solo eres guapo, fuerte y listo, sino que además de conciencia ni una pizca
Como a veces nos viene a la memoria algo sin importancia que dejamos para el día siguiente
Mujeres como tú son las que consiguen que se declaren las guerras y que algún general
No es el de la niñez, aquellas mañanas de diciembre, a lo largo del río, hacia el colegio. Ni se trata tampoco de aquel otro
Mi mujer y mi hija, estas paredes y estos libros, un puñado de amigos que me quieren —y a los que quiero de verdad—,
Esta noche, por lo que a mí respecta bien podría saltar el mundo en mil pedazos. Por qué no. Y nosotros con él. Acabar. Echarle de una vez
Es lo que tiene, el amor: empiezas siendo el galán protagonista
Dejo el periódico sobre la barra. Enciendo un cigarrillo. Tomo
A veces —cuando observa en los bares la sana desvergüenza de los jóvene… los rescoldos de una oscura pasión avivan su mir…